¿Qué puedes hacer para prevenir una bajada de azúcar?
Antes que nada, es importante que sepas que existen multitud de factores que tienen una influencia directa en nuestros niveles de glucemias. Además, muchos de ellos se escapan de nuestro control.
Sin embargo, hay otras cosas que sí podemos hacer para ayudar a prevenir una hipoglucemia.
Si tienes o convives con una enfermedad que causa bajadas de azúcar, puedes tener en cuenta una serie de recomendaciones… ¡Quizás puedas prevenir algún disgusto!
Esto es todavía más recomendable si quien padece hipoglucemias es un niño pequeño que aún no es autónomo en el manejo de su condición.
Cada persona es un mundo y sus hipoglucemias también. Sin embargo, los síntomas de bajón suelen repetirse…
¡NUNCA LOS PASES POR ALTO!
Es preferible llevarse un pinchazo de más que lamentar después. Es decir: puedes tener hambre porque solo es hambre, pero también puede ser una señal de alerta.
Siempre alerta
Toda persona en riesgo de hipoglucemia debería tener a mano y en todo momento: utensilios para controlar (glucómetro, tiras y pinchador) y alimentos para tratarla si se presenta ¡¡No importa si solo sales de casa un momento!!
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Cada persona reacciona de manera distinta al ejercicio, los virus, la temperatura ambiental y otros factores que pueden alterar las glucemias; también depende mucho de la patología de base. Esto puede hacer que tengamos que estar más pendientes de las glucemias cuando nos encontramos en situación e incluso durante varios días.
Con el tiempo sabrás qué situaciones son más proclives a acabar en bajón ¡Esas son las que deben activar tu sexto sentido!
Y SOBRE TODO: SIGUE CORRECTAMENTE LAS PAUTAS DE ALIMENTACIÓN Y DE MEDICACIÓN QUE OS HAYAN DADO EN EL HOSPITAL.
Información al poder
Las personas que pasan más tiempo con tu «bombón sin azúcar» deberían saber de su condición, aprender a reconocer los síntomas y saber cómo actuar en caso de urgencia o emergencia.
Si padeces hipoglucemias o convives con alguien que lo hace, seguro que habrás descubierto la importancia de llevar una alimentación adaptada a la condición.
Sería recomendable aprender qué alimentos suben rápido la glucosa en sangre y cuáles lo hacen más despacio. Los primeros nos pueden servir en caso de hipoglucemia y los segundos para mantener unos niveles más estables.
También que los alimentos poco recomendables de por sí, como chocolatinas, caramelos, refrescos azucarados, etc.; en algunas de estas enfermedades aún lo son menos.
Recuerda
UNA BAJADA DE AZÚCAR HAY QUE REMONTARLA EN REPOSO. ASÍ EVITAMOS QUE LA SITUACIÓN EMPEORE MIENTRAS HACE EFECTO LO QUE SE ADMINISTRA (ZUMO, AZÚCAR, SOBRES DE GLUCOSA, INYECCIÓN DE GLUCAGÓN...).
Desde pequeñitos
Es imprescindible que nuestros niños aprendan a identificar y a expresar que algo no está funcionando bien en su cuerpo.
Muchos de ellos tienen hipoglucemias sin síntomas externos (*), pero eso no significa que el cerebro esté exento de daños. Por ello, cuanto antes nos alerten, menos grave será la situación.
Hay muchas maneras de trabajar cosas con los peques, pero desde nuestro punto de vista, el mejor aprendizaje es el que se hace mediante la experimentación, el juego y la lectura.
(*) Las personas que tienen una condición que causa hipoglucemia pueden desarrollar algo llamado “hipoglucemias asintomáticas”. Esto significa que la reacción habitual del cuerpo a un nivel bajo de azúcar en la sangre que causa los síntomas de una hipoglucemia se atenúa. Cuanto más tenga hipoglucemias continuadas una persona, mayor será el riesgo de que los síntomas de las hipos desaparezcan por completo.
Si esto sucede, no hay señales de que vaya a ocurrir una bajada severa (como mareos, irritabilidad, sudoración, temblores, etc.). En este caso, las convulsiones o la pérdida del conocimiento pueden ocurrir repentinamente y sin previo aviso. Las hipoglucemias asintomáticas pueden ser muy peligrosas y es una de las razones por las que los expertos recomiendan mantener los niveles de azúcar en la sangre por encima de 70 mg/dL (3,9 mmol/L).
La prevención de la hipoglucemia puede ayudar al cuerpo a restablecer su capacidad de reacción y de advertir adecuadamente sobre niveles bajos de azúcar en la sangre de nuevo.
